29/10/2025
No es la primera vez que se movilizan. Probablemente, tampoco sea la última. Los sindicatos llaman a la movilización de los cerca de 200.000 trabajadores que conforman el sector del metal en la provincia de Barcelona. CCOO y UGT han convocado una huelga, secundada o apoyada por otras formaciones sindicales en lo que es una suerte de todos a una con matices.
Es el caso, por ejemplo, de la CGT, que si bien anima a sus afiliados a participar de la huelga y secundar las movilizaciones, como sindicato ha elegido no adherirse.
La situación alcanzó el punto de inflexión el pasado lunes, 27 de octubre, sobre las 22:00 horas. En la sede del Departament de Treball de la Generalitat, la Unión Patronal Metalúrgica (UPM) y los sindicatos presentes en la mesa de negociación intentaron durante toda la jornada desencallar el conflicto.
Las reuniones hasta horas tardías suelen funcionar. El cansancio afecta, el temor a huelgas suaviza posiciones, los sindicatos se muestran más dispuestos a hacer concesiones... Pero no ha sido el caso. No se ha alcanzado acuerdo, por lo que el parón arrancará este martes a las 22:00 horas, coincidiendo con el inicio del turno de noche.
Se trata de un primer parón de dos días, por lo que todavía queda margen para escalar el conflicto o para reanudar las conversaciones entre la parte social y los representantes de la patronal. Las plantas y centros de trabajo quedarán solo con servicios mínimos el miércoles 29 y el jueves, 30 de octubre.
Para estas dos jornadas, explica en conversación con Metrópoli la secretaria de acción sindical de industria de Catalunya de CCOO, Anna Núñez, se han programado concentraciones y piquetes informativos frente a las puertas de los centros de trabajo.
Se espera, por tanto, una especial incidencia en aquellas poblaciones con presencia industrial. En Barcelona, además, los sindicatos se concentrarán frente a la sede de Foment del Treball, sede de la (UPM).
El jueves 30 los sindicatos han convocado también una manifestación en la plaza de Colom cuyo recorrido discurrirá, de nuevo, hasta el edificio de Foment.
Pero, ¿Cuál ha sido el punto de ruptura? Núñez explica que desde la patronal ha habido un enroque que define como "obsesión" por compensar y absorber los salarios de los trabajadores.
Se trata de "una tendencia empresarial" a individualizar las relaciones salariales con la plantilla, de forma que cuando los sindicatos logran aumentos generalizados, no se aprecien de forma efectiva, pues las empresas cuenta con mecanismos para absorber complementos y pasarlos al salario base.
"El anterior convenio ya contaba con una cláusula de no absorción que desde la patronal no quieren mantener", detalla. Este elemento se une al aumento salarial del 4% con vigencia del nuevo convenio, es decir, 2025, 2026 y 2027.
Empero, "ya hemos trasladado a la patronal que no solo queremos negociar salarios", prosigue. "Hablamos de medidas de atención a víctimas de violencia de género, medidas para la lactancia, accidentes de trabajo, posibilidad de acogerse a la jubilación por el contrato manufacturero --que ayudaría a renovar y rejuvenecer plantillas--. También reducción de jornada. Teletrabajo para la gente que trabaja en oficinas", entre otras.
En definitiva, se trata de "mejoras de las condiciones laborales que permiten mejorar la vida de los trabajadores".
"La patronal está siendo muy irresponsable con la ciudadanía y sus trabajadores, los márgenes empresariales están por las nubes. Es una irresponsabilidad llevarnos a un conflicto para llenarse los bolsillos a costa de las condiciones de los trabajadores", ha sentenciado.
Por su parte, la patronal, a través de un comunicado, se ha mostrado "decepcionada" por la posición mostrada por los sindicatos en aquellos puntos que eran "esenciales para la representación empresarial, mostrando nula voluntad de llegar a acuerdos y con la clara intención --acusan-- de romper las negociaciones".
Y argumentan que habían puesto sobre la mesa medidas suficientes para desconvocar la huelga. Entre ellas, se encuentra un aumento salarial del 3% para 2025, del 2,75% para 2026 y del 2,5% para 2027, "valores todos ellos por encima de las previsiones del aumento del IPC".
También habían planteado un descenso gradual de la jornada laboral de las 1.750 horas anuales en 2025 a las 1.734 en 2027, compensaciones por gastos en los casos de teletrabajo de 30 euros con proporcionalidad, ampliación de 15 días por lactancia, entre otras cuestiones.
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